Lisboa, 29 de agosto 

Nos levantamos alrededor de las 9 de la mañana, a las chicas les ha costado un poco despertar, yo llevaba una hora con el ojo abierto deseando aprovechar la mañana pero quería dejarles descansar un rato, que hoy tocará caminar un buen rato.

Tras un acalorado desenredo de pelo, bajamos a la calle a desayunar. Enseguida llegamos a una cafetería, justo donde hay una señora pidiendo dinero con unos conejitos… Ahí pedimos unos pasteles de Belem, unos zumos de naranja, cafés y leches… todo muy bueno.

El plan es ir al barrio de Belem, así que vamos a buscar el tranvía que nos acerque. De camino encontramos la casa portuguesa del pastel de bacalao, así que, por si no volvemos a pasar por aquí, decidimos probar el que dicen que es el más rico de la ciudad. Y diréis que exagerado no? Pues creo que no exageran es una especie de buñuelo de bacalao pero relleno de queso, muy sabroso y rico! Salimos de allí a punto de reventar porque no hacía ni 30’ de que habíamos desayunado.

La mitad del croquetón

En fin, llegamos a la plaza del comercio a buscar el tranvía 15 que es el que nos llevará a Belem, y como está en obras la calle no transitan tranvías. Caminamos un poco buscando una alternativa, hasta que encontramos la parada del autobús… tras una breve espera y 2€ por cabeza del billete, llegamos a Belem tras unos 20’ de trayecto.

Primero vamos a ver el monumento a los descubrimientos, monumento levantado en memoria del infante Enrique el navegante y donde se pueden observar 33 esculturas en memoria de personalidades famosas en relación con los viajes de ultramar portugueses.

Monumento a los descubrimientos

Tras un rato de paseo desde allí y un sol de justicia llegamos a visitar la torre de Belem, antigua prisión/ fortaleza de defensa primero y luego aduana de importación.

Torre de Belem

Tras estar un rato por la zona, y alucinar de la cantidad de gente que hay, desandamos el camino para llegar al monasterio de los Jerónimos. Nos parece muy bonito por el exterior, pero como digo hay unas colas de gente larguísimas que nos desaniman de entrar en cualquiera de los 3 monumentos. Aún así nos han encantado.

Cómo está tan lejos toca buscar medio de trasporte. Se me ocurre que puede ser buena idea tomar un tuktuk de vuelta y ¡fue muy divertido! La conductora, una guapa portuense que nos estuvo amenizando el camino de vuelta contándonos cosas de los diferentes edificios que íbamos pasando, y de paso conquistando mi corazón jajaja Nuestra bella conductora nos deja en la Rua de Carvalho o pink street Que llamo ella… muy bonita la verdad.

La vistosa «Pink street»

Íbamos a ir a comer al barrio alto y seguimos sus indicaciones por la cuesta de Rua de Alecrim hasta la Praça de Camões en la que nos desviamos a la izquierda por la Rua de Loreto hasta que llegamos al ascensor de Bica. Tras hacerle una foto buscamos un sitio para comer.

Ascensor de Bica

Justo al lado, en la Rua Luz Soriano, entramos en un restaurante llamado Floresta do Camariz. Conocemos muy bien y fenomenalmente atendidos, yo un bife portugués y las chicas una pasta carbonara. Todo muy rico.

Proseguimos por la calle hasta llegar al parque de Estrela. Ahí damos un paseo a la sombra de los árboles que nos está machacando el sol y nos sentamos a comer un helado.

Tras un rato en el parque, nos montamos en el tranvía 28, que nos acerca de nuevo a la Rua Augusta. Volvemos al hotel un rato a descansar, cargar el móvil y darnos una ducha. Observó con horror los estragos del sol en mi cara y cuello. 

Sobre las 7, una vez refrescados, volvemos a salir a dar una vuelta. El plan es ir a cenar por el barrio de Chiado, así que, para no volver a subir cuestas, bajamos hacia la plaza del comercio, luego tomamos la Rua de São Paulo y llegamos a la parada inferior del ascensor de Bica. Tras una breve espera y 3,8€ por cabeza (el precio incluye dos viajes) subimos de nuevo al barrio alto.  Ha cambiado de ambiente en el barrio del mediodia a ahora, antes estaba tranquilo, ahora hay muchos bares y gente de cañas en la puerta de los bares o sentada a los lados de las vias del ascensor.

Volvemos al Chiado y callejeamos un poco para buscar un sitio para cenar. Encontramos un sitio de cocina portuguesa que nos gusta y entramos, el sitio muy bien, la comida buenísima (almejas, pulpo a la brasa, picaña) y de precio un poquito más caro que el resto de sitios en que hemos comido pero sin volvernos locos 25€ persona aprox.

Y nada, ya de vuelta a descansar, comprobamos la vida nocturna de Chiado con actuaciones de músicos callejeros y gente bailando la Macarena… 5’ más caminando y llegamos al hotel. Un día genial hoy!

Lisboa, 28 de agosto 

¡Hola a todos! Aquí estamos actualizando este humilde blog para relatar nuestro pequeño viaje veraniego por Portugal. Este año hemos decidido dedicar unos días de descanso veraniego a visitar Lisboa y Oporto, así que… ¡allá vamos!

Nos levantamos con ganas de disfrutar nuestro viaje por tierras lusas. Tampoco es que nos demos un madrugón porque no llevamos prisa y hasta las 3 (hora portuguesa) no podemos entrar al hotel. Así que salimos del pueblo sobre las 12 del mediodía. Una hora y media después paramos en una gasolinera a llenar el depósito del coche y a comprar víveres (agua, jamón, pan, chuches) y seguimos camino.

Como no llevamos prisa decido evitar el peaje en Portugal. Para esto, transitamos por las carreteras N6, y N251 y alguna secundaria más que nos hacen tardar una hora más que por la autovía pero merece la pena ver los pueblitos portugueses. El camino es agradable y las chicas duermen. Y finalmente, tras un relajante camino sin apenas tráfico, nos aproximamos a Lisboa tras tener que realizar unos cuantos adelantamientos. El GPS nos lleva por el puente Vasco da gama, impresionante lo largo que es, casi tanto como el resto del viaje jaja (no)

Tras algo de callejeo con el coche porque el GPS no daba exactamente con el sitio, llegamos a nuestro hotel ¡en todo el centro! Se trata del hotel Gat Rossio, Justo al lado del monumento de los restauradores… perfecto para hacer de base de operaciones para esta visita fugaz de dos días. Tras registrarnos y darnos una breve ducha para refrescarnos y estar más cómodos, salimos a aprovechar lo que nos queda de tarde. 

Bajamos a dar un paseo por la Rúa Augusta, primero compramos unas natas de Belén, riquísimas, y luego caminamos hasta llegar al arco de la Rúa Augusta y la Praça do Comercio.

La puerta de la Praça do Comercio

Aquí estamos un ratito haciendo fotos y viendo el río tajo. Tras meditar un ratito cuales serán nuestros siguientes pasos, decidimos subir hacia el Castelo de Sao Jorge

Subimos por la cuesta de Lauro de santo Antonio da Sé, y podemos visitar la iglesia de Magdalena y después ver por fuera la Catedral de Lisboa. Mala pata que ya eran más de las 6 y ya no se podía visitar.

La Catedral de Lisboa

Seguimos callejeando cuesta arriba hasta llegar al castillo. 12 euros entrada de Adulto y 7 la de adolescente (niños gratis). Pasamos a hacer la visita y lo pasamos en grande dando una vuelta y haciendo fotos. Nos tomamos un pequeño refrigerio mientras admiramos la puesta de sol desde esta privilegiada vista.

Unas vistas estupendas desde el Castelo de Sao Jorge

He de decir que hoy hace fresquito así que en cuanto se esconde el sol nos bajamos al centro a cenar. Damos una vuelta de nuevo por la Rua Augusta buscando un restaurante que conocía de otra ocasión pero no somos capaces de encontrarlo. Guiado por alguna extraña intuición o señal divina, entramos en un restaurante random (porque el señor de la puerta nos aborda) y resulta ser el sitio que estábamos buscando… que cabeza la mía. El sitio se llama Restaurante Cervejaria Lisboa Portugal, en la Rúa dos Correiros.

Aquí tomamos un bacalao a bras, unos calamares a la plancha, una ensalada de pulpo y unos cuantos ádreles de bacalao. Todo buenísimo y nos tratan fenomenal. Un acierto repetir.

Salimos y hace frío así que a la habitación a descansar que estamos ya un poco cansados del viaje. ¡mañana tenemos todo el día para conocer la ciudad!

Madrid, 24 de Julio

Bueno, pues ya se acaban las vacaciones, que lástima, que poquito tiempo hemos tenido. Bueno, ya volveremos a Irlanda, eso seguro, porque nos ha gustado mucho y nos quedan muchas cosas que conocer.

Nos levantamos, desayunamos, recogemos toda la caravana, hacemos las maletas… Y sobre las 11 de la mañana nos marchamos del camping de Galway dirección Dublín. Afortunadamente, una vez que hemos salido de las calles de Galway ya tomamos la autopista directa hacia Dublín, que tras tanta carretera estrecha, nos parece que vamos en alfombra voladora. Eso sí, los kilómetros en caravana van más lentos, así que el viaje se hace largo.

Alrededor de la 1 llegamos a la estación de servicio donde repostamos el primer día, donde hacemos parada para comer, ya lo teníamos planeado así porque sabíamos que aquí había un Burger King y se lo habíamos prometido a las niñas. Blanca dice que la carne de las hamburguesas aquí está más rica que la de España…

Continuamos ruta y tras una horita más, llegamos a la granja de Indie Campers, para devolver nuestro vehículo. Ahí, tras las comprobaciones de que todo está bien, charlamos un rato con los chicos que llevan la oficina. Nos cuentan que han abierto la oficina hace menos de un mes, así todas las caravanas están nuevas (ya nos habíamos percatado de que nos la alquilaron con poco más de 3500 km). Y creo que gracias a eso logramos alquilar una caravana, porque la reservamos una semana antes de nuestra partida y en ninguna otra empresa tenían disponibles.

Indie y una hermana

El encargado de Indie Campers nos dice que nos montemos de nuevo en la caravana y nos acerca al aeropuerto. Adiós Indie!!!!

Y bueno, pues ya no os aburro más con la vuelta, facturar maleta tras una cola de chavales que vuelven a España de intercambios, el vuelo tranquilo con Iberia Express, aunque con media hora de retraso, y Vicky nos recoge del aeropuerto para amablemente llevarnos a casa. ¡Gracias!

Galway, 23 de Julio

Bueno comienza el penúltimo día en Irlanda. Esta noche hemos dormido geniaaal, casi hemos pasado calor en comparación con la noche de ayer. También hemos sido capaces de hacer funcionar la calefacción y el agua caliente (a buenas horas jeje) y aunque no hemos puesto en marcha la calefacción, sospecho que el calentador algo nos ha calentado la caravana porque casi hemos sudado…

He aqui nuestras vecinas de camping

Tras nuestro desayuno habitual en la caravana, nos ponemos en marcha desde el camping de Westport House, en dirección de Galway. La ruta ha ido sin sobresaltos, lento cómo todas las carreteras irlandesas pero bien. Sobre la 1 aprox llegamos a Galway y buscamos nuestro camping, a las afueras de la ciudad, vamos pronto porque necesitamos rellenar el tanque de agua que lo llevamos más seco que el Manzanares en agosto…

Llegamos y tras rellenar tanques y aparcar, hacemos la comida, preparamos una ensalada de pasta muy rica, y después de comer, María se acuesta un rato para descansar y las niñas y yo vamos a buscar un geocache cercano. Lo encontramos enseguida y volvemos a la caravana dando un paseo por la playa.

Cooking
Vaya vicio con el Geocaching!

Cuando volvemos María ya se ha despertado y, a sugerencia del amable dueño del camping, vamos al centro de la ciudad en bus porque aparcar allí es muy difícil y el tráfico es malísimo. Lo segundo lo podemos comprobar nada más montar en el autobús.

Bueno, nos bajamos en el final de la línea en Eyre Park, y damos un paseo por el barrio medieval de la ciudad, un barrio muy bonito y con mucha vida. Aprovechamos las tiendas de la calle Store Street para hacer unas compras de souvenirs que, como siempre, Olivia encuentra a la primera y a Blanca le cuesta mucho elegir. María compra un imán para la nevera, las tradiciones mandan…

Shopping Street
Galway
Galway
Galway Cathedral

Después del paseo, cuando ya empezamos a cansarnos vamos a buscar el último geocache, que nos cuesta un poco más de la cuenta porque las pistas estaban mal puestas. Después de firmarlo, nos vamos de nuevo al centro para tomar algo y cenar. Los bares de la calle Store Street está totalmente petados, así que volvemos al Eyre Park y allí nos metemos en un pub donde cenamos estupendamente comida irlandesa. María hamburguesa, las niñas fish and chips y yo lomo de cerdo. Todo muy rico. El punto gracioso es que la señora de la mesa de al lado pidió también una hamburguesa que incluía una pinta y como no la quería nos la regaló…

Y vuelta al camping. El autobús pasa cada hora y aparentemente según el horario había pasado hacía 10 minutos así que volvimos en taxi, el señor del taxi muy amable y animado nos fue dando buena charleta jajaja y nada, a descansar hasta mañana que aún nos quedan 3:30 de carretera de vuelta a Dublín.

Westport, 22 de Julio

Vaya nochecita!!!! Después de estar hasta las 2 de la mañana oyendo llover a tope, paró la lluvia pero quedó el viento huracanado que hacía que la caravana se bambolease… Así que esta noche no hemos dormido tan bien. Eso sí, ayer fuimos capaces de activar el agua caliente y la calefacción de la caravana, así que hemos dormido calentitos el rato que hemos logrado dormir.

En cuanto al día de hoy, después del desayuno desmontamos todo (electricidad, gas, desagüe de agua sucia, limpiar los cacharros de cocina, meter la escalera en el maletero etc…) ya con una soltura del que lleva toda la vida en esto. Eso sí, el aire sigue, que os lo cuente Olivia que abrió la puerta de la caravana para salir y se abrió tan de golpe por la fuerza del viento que la arrastró y se quedó colgada de la manivela jajajaja menos mal que no se hizo daño.

Y seguidamente nos encaminamos a la playa de Keen, muy cerquita del camping de Keel. Este era un antiguo punto de avistamiento de tiburones ballena (y pesca), que ahora ha quedado para uso lúdico. Una visita muy bonita, a partir de aquí se supone que hay un camino a los acantilados pero con la niebla y el viento no nos atrevemos a buscarlo (tampoco sabíamos exactamente dónde comenzar a andar).

Playa de Keen
Playa de Keen

A continuación vamos a visitar el parque Nacional de Balleroy, que nos recomendó Alfonso porque hay una pequeña ruta que caminar muy sencilla para hacerla con las niñas. Este parque es una turbera, y cuentan cómo se formó y como se usa la turba aquí como combustible. Antes de empezar nos hemos cocinado una pasta en el aparcamiento (cómo mola viajar en caravana) y después de comer hemos hecho el paseo. Aquí hemos empezado a jugar al geocaching, un jueguito móvil consistente en buscar pequeños tesoros escondidos por otros jugadores, y casualmente en el final del paseo consigo encontrar el tesoro escondido bajo una piedra… Qué ilusión nos ha hecho, las niñas han alucinado. Firmamos el libro de visitas y lo dejamos tal cual estaba antes con cuidado de que nadie nos vea guardarlo. Y por cierto que no se me olvide el viento que hace aquí, casi se me vuelan las ideas!!!! Qué horror.

Nuestro primer Geocache

Ya después de esto toca empezar a volver hacia Dublín que está lejillos y pasado mañana se acaba esto… Así que volvemos a pasar por Newport, el pueblito pequeño pero pintoresco en el que no pudimos parar ayer. Aquí, después de tomar un café muy Expresso, vemos que hay otro geocache en un parque muy cercano que se llama Princess Grace park, así que vamos a la búsqueda. Entramos en el parque que es un bosque muy cerrado y bonito, y cuando llegamos al lugar del GPS, nos ponemos a buscar. Esta vez es María la que encuentra el cofre, escondido bajo un hueco del árbol, pero ninguna se atreve a cogerlo, así que meto yo la mano. Esta vez el cofre tenía un montón de cositas pero no se debe coger nada del tesoro sin dejar nada a cambio, así que como no llevamos nada para intercambiar lo dejamos tal cual, después de firmar en el cuadernito de visitas. Por cierto aquí el tiempo ya mucho mejor, va apareciendo el sol y el aire ya se ha calmado.

Iglesia de Newport
Olivia alucina con los regalitos en este Geocache
Alguna de las casitas irlandesas, con casa en el arbol y todo

Seguimos viaje, abandonamos Newport para llegar a Westport, Pueblo que ya nos gustó mucho hace unos días. Paramos a comprar víveres y nos vamos a por el tercer geocache, que estaba en un bosque muy bonito al lado de Westport Quay. Lo encontramos tras un breve paseo, gracias a las pistas que nos dejó el dueño, ya que el GPS no nos decía muy bien donde estaba. Este estaba escondido debajo de tres piedras. Como el primero, el tesoro solo tenía un cuaderno de visitas firmamos y lo dejamos guardado en su sitio de nuevo.

Parque de Westport Quay

Nos tomamos una cerveza en un bar con música en directo, hasta que nos damos cuenta de que se nos hace tarde para buscar camping y el de Westport nos cierra en 15 minutos así que salimos disparados. Cuando llegamos al camping no nos abren… Oh oh… Pero sale un coche, se abre la barrera y nos colamos, aunque no hay nadie en la oficina… Conseguimos encontrar al seguridad en el bar del camping cenando, y muy amablemente nos atiende dejándonos quedar aunque con la condición de que paguemos mañana por la mañana.

Camping de Westport House. No es tan horrible como parece!

Genial problema resuelto, ahora la cena… Vaya, parece que el bar del camping cierra ya, bueno, tenemos cena en la nevera! Ya veis que mola esto de la caravana jajajaj nos vamos a duchar a la ducha del camping y luego preparamos la cena, nada muy elaborado que ya estamos cansados. Y tras cenar las niñas están reventadas ya, así que todos a dormir. Hasta mañana!

Achill Island, 21 de Julio

Bueno, tras el rato de desayuno y puesta en marcha (y sospecho que para desesperación de mi cuñado, porque somos lentos de arrancar) nos ponemos en marcha hacia Newport. El plan es hacer una excursión en el parque nacional de Connemara, en el que hay una ruta muy agradable y un centro de conservación de la naturaleza. Pero cuando nos ponemos en marcha empieza a llover a mares… Tanto que tras aparcar en nuestro destino para ver si era factible, nos hemos puesto como sopas, y tenemos que descartar la excursión.

Plan B, vamos a ir a ver la Abadía de Kylemore, cerca de aquí, pero lamentablemente el tiempo sigue sin acompañar, aún podemos hacer un par de fotos pero no hay manera, nos mojamos mucho y nos tenemos que volver a cambiarnos de ropa.

Abadía de Kylemore

De modo que continuamos hacia Westport, Blanca y Alfonso se adelantan con el coche y nosotros marchamos detrás al ritmo que nos deja el tráfico. Aquí tenemos una pequeña tregua del día de lluvia, comemos en un café crepería, Blanca y Olivia una pizza, Alfonso unos gnocchi, María una ensalada cesar y yo una tortilla  campesina, todo rico… Aunque el crepe de Nutella de postre de las niñas intuyo que más jajaja

Westport
Westport
Westport
Westport

Salimos y nos despedimos de Alfonso que tiene que volver a Dublín a trabajar, ya volamos solos… Seguimos hacia Newport pero llegando viendo el tiempo que hace seguimos camino hacia Achill Island. Y bueno, sigue lloviendo a mares y hace un viento que menea la caravana… Así que nos quedamos en nuestro pequeño hogar jugando a las cartas, parchís…

Hago unos sándwiches para cenar y nos vamos a la cama prontito esperando que mañana se haya calmado esta tempestad.

Clifden, 20 de Julio

A pesar del aguacero nocturno y el viento que mecía nuestra caravana, hay que decir que hemos pasado buena noche y hemos descansado bastante bien. Hemos quedado aproximadamente a la 1 con Alfonso en Galway, así que aproximadamente a las 10:30 salimos de Doolin.

Deshacemos el camino hecho ayer, de carretera más estrecha a más ancha pasando por alguna carretera que parecía un carril bici, hasta que tras más de una hora conseguimos llegar a la autopista y continuamos ruta. Aproximadamente a la 1:30, llegando a Galway recibimos un mensaje de Alfonso diciéndonos que nos espera un poco más adelante de la ruta, en un apartadero de la carretera.

Cuando llegamos dejamos la caravana aparcada en el lugar de encuentro y montamos en su coche, y la verdad que me viene bien descansar un poco de conducir. Enseguida llegamos a un caminito en ruta a Roundstone, donde podemos ver un puesto de pesca al lado del rio y un pony se pasa de confianzas e intenta comerse mi mochila.

Camino a Roundstone

Luego llegamos a Roundstone, donde vemos una competición de remo en barcas tradicionales irlandesas y comemos unos sándwiches y wraps muy ricos en una cafetería.

Regata en Roundstone
Roundstone

Después vamos a la playa del pueblo, donde damos un paseo muy chulo admirando la playa de arena blanca y agua turquesa. Y el viento del lugar, por qué no decirlo! Lástima, porque no hacía malo para habernos dado un baño, pero con el aire no invitaba mucho. Eso si las niñas se atrevieron a mojarse los pies.

Valiente!
Playa de Roundstone

Tras el paseo nos vamos a recuperar la caravana al apartadero donde la dejamos y buscamos un camping en Clifden. La estancia nos cuesta 42 euros, incluido el coche de Alfonso. Una vez aparcamos la Camper, nos vamos a cenar a un pub del pueblo con música en directo, y degustamos unos ricos platos irlandeses, salmón fresco, hamburguesa y sopa de pescado. Ah y de postre un chesse cake con Bailey’s y un apple pie.

Y ya hemos echado el día, al camping a descansar tras una partida de Parchís. Alfonso duerme con nosotros en la caravana, en la cama de las niñas, ahí han dormido los tres juntitos, parece que bastante cómodos.

Doolin, 19 de Julio

Hoy nos levantamos bastante prontito, Alfonso nos recoge a las 9 porque nos va a acercar a por nuestro vehículo. Tras un camino largo hasta un pueblito al norte de Dublín, llegamos a la dirección convenida. Pero vemos que es una granja sin ningún tipo de rótulo. Tras llamar al responsable nos dice que tarda aproximadamente 10 minutos, tiempo suficiente para que se nos pase por la cabeza que nos han timado el depósito que hemos adelantado y que vamos a hacer ahora que se nos ha chafado el plan.

Pero nada más lejos de la realidad. tras unos 20 minutos, llega nuestro amigo, muy amable y simpático por otra parte y nos enseña nuestro vehículo para las próximas 5 jornadas: una caravana.

Aqui tenéis a la familia y a Indie

Arreglamos el contrato, nos cuenta el funcionamiento de los mil cachivaches, quedamos con él para la entrega de la caravana a nuestra vuelta y partimos a nuestro destino del día, los acantilados de Moher.

Tras un periodo de adaptación a la circulación por la izquierda con semejante bicho, por las carreteritas de los alrededores de la empresa de la caravana, enseguida nos metemos a la autopista dirección Doolin. Al principio genial, cuesta un poco hacerse a los mandos por lo alta que es la caravana y que hace mucho viento, pero hasta nos atrevemos a adelantar a camiones y todo… Unos valientes. En esta autovía hay varias áreas de servicio con varios establecimientos de fast food, así que hacemos una parada técnica en una a más de la mitad de camino, donde nos comemos una pizza de Papa John’s.

Pero al poco de continuar el camino, se acaba la autopista, y volvemos a carreteras convencionales. La ruta que nos indica el GPS no parece la más adecuada para circular con una caravana, poco a poco la carretera se va estrechando hasta meternos por alguna carreterita apenas más ancha que la caravana, aunque afortunadamente no había tráfico de frente. Así que al final el desplazamiento de unos 200 km nos ha tomado bastante más de lo esperado, unas 5 horas.

Y finalmente llegamos a los acantilados de Moher, y nos han gustado mucho, la visita ha merecido la pena, empezando por los miradores y luego dando un buen paseíto por la parte superior, eso sí, parece un poco peligroso para ir descuidado porque no hay ningún tipo de barandilla o similar.

Acantilados de Moher
Acantilados de Moher

Al salir, nos vamos hacia el camping de Doolin a aparcar la caravana y poder hacer noche, buscamos un camping en el pueblo, que se encuentra pasado el pueblecito, aparcamos la caravana, la conectamos a la corriente, el gas etc.. y una vez establecidos, nos damos un paseo de un par de km de vuelta al pueblo a cenar un fish and chips en un pub local. Qué por cierto menos mal que cogimos el chubasquero porque llegando al pueblo se ha puesto a llover un montón!

Ya estamos en Doolin

Y a descansar, hasta mañana.

Las niñas en su cama alucinando

Dublin, 18 de Julio

Como siempre pasa el primer día, nos levantamos con muchas ganas de hacer turismo. Después de desayunar buscamos un autobús que nos acerque al centro de la ciudad, tras preguntar en un súper y que todo el mundo tuviera dudas, un chico le aclara a María dónde está la parada. ojo, para tomar el autobús es necesario tener monedas, no se puede pagar con billetes y no dan cambio. A nosotros nos han dejado pagar con un billete de 10, imagino que por ir con las niñas, despidiéndonos eso sí de 3 euros de cambio. Qué pardillos jaja por cierto es la primera vez que las niñas montan en un autobús de dos plantas y les ha gustado mucho.

Río Liffey

Primera parada, Trinity College. Ha sido un paseíto muy agradable por la universidad, bastante tranquila y alejada del ajetreo del centro. Tras el paseo, tomamos un café take away y descansamos en una de los campos de juego del campus, mientras vemos un grupo de estudiantes jugando al frisbee. Había una cola inmensa para conocer el libro de Kells (un libro antiquísimo datado del siglo VII) así que hemos pasado de largo.

Seguidamente salimos y nos encaminamos a Christ Church Cathedral. Una iglesia muy bonita y tranquila, y seguimos de paseo hacia St Patrick Cathedral, la catedral más grande y antigua de Irlanda, que data del siglo XI. Aquí nos sentamos un ratito en el césped del parque de la catedral mientras las peques juegan en unos juegos infantiles ¿De dónde sacan la energía los niños?

Christ Church Cathedral
Saint Patrick’s Cathedral

Ya empiezan a sentir hambre y volvemos hacia Christ Church. Justo pasada la catedral encontramos un café que promete comida por 9,95, y nos decidimos a entrar, un gran acierto porque nos tratan fenomenal y comemos súper bien y barato, las niñas comen pasta carbonara, yo una hamburguesa y María una ensalada de atún.

Seguimos el día caminando, primero por la calle Temple Bar viendo la vida de los pubs de Dublín y luego hacia la estatua de Molly Malone, y hacemos tiempo para esperar que salgan de trabajar Emma y Alfonso, en una tienda con cafetería que se llama Avoca, muy cerca de allí. Aquí las niñas se ponen ciegas comiéndose una tarta de chocolate con nata al lado riquísima. Tan grande que no se comen ni la mitad, adivinen quien se la tuvo que comer…

Primero Emma y luego Alfonso llegan de trabajar, casi a la vez. Tras las presentaciones vamos a conocer el castillo de Dublín y nos sentamos un ratito en el parque para que las niñas jueguen y charlar y de paso descansar los pies. El castillo súper chulo. Y después nos vamos a tomar una pinta de Guinness y ya sobre las 8 aproximadamente nos despedimos de Emma y volvemos hacia la casa.

Dublin Castle

De camino, paramos en el parque de Phoenix porque Alfonso nos cuenta que suele haber ciervos. Este parque es un parque gigantesco, aparentemente del tamaño de la casa de campo, incluso tiene zoo. Pues bien, hay manadas de ciervos en libertad que viven en el parque, así que tras buscar un poco, los encontramos y nos acercamos a hacerles una foto, las niñas han alucinado (y nosotros también).

Ciervos en Phoenix Park

Y ya poco más, a la casa a descansar que hoy se nos ha dado genial, a ver qué tal se da la cosa mañana que promete. Hoy hemos andado un montón, según el móvil de María casi 15km, y las niñas han aguantado como unas campeonas.

Dublin, 17 de Julio

Bueno, pues hoy por fin empiezan las vacaciones, y nuestro esperado plan es visitar Irlanda. En este viaje nos esperan sorpresas, visitas a la familia (mi cuñado y mi prima viven en Dublín, ya era hora de ir a verles), el primer viaje de turismo de las peques…

En fin, como el vuelo sale tarde, hoy trabajo, mientras María y las niñas preparan la maleta. A las 6 de la tarde, nos montamos en el coche de Noemi, que nos acerca al aeropuerto, con el calorazo que está haciendo esperamos llegar prontito a Irlanda esperando que haga menos calor, en España está siendo un verano muy caluroso…

Ya en el aeropuerto entregamos la maleta en el mostrador de Ryanair, pasamos el control de seguridad y enseguida embarcamos. En el avión vamos de 2 en 2 en filas contiguas, bastante cómodos (para ser Ryanair)… El vuelo sale muy puntual y llegamos en dos horas y cuarto aproximadamente a Dublín.

Recogemos las maletas y vamos al terminal de Salidas, donde Alfonso nos está esperando para acercarnos a su casa, que amablemente nos cede durante las dos noches que vamos a pernoctar en la ciudad, mientras él se va a dormir a casa de un amigo. Qué feliz reencuentro entre tío y sobrinas!

Bueno, pues ya estamos aquí, mañana visitamos Dublín, que tenemos muchas ganas de conocerlo.