Nos levantamos un poco «tocaos» por los excesos de ayer, sobre todo yo, que tengo bastante resaca y malestar, pero bueno, para animarnos un poco, bajamos a desayunar al bufé… Creo que yo nos conocen por nuestras incursiones «estilo piraña»… Llegamos a toda leche, devoramos lo primero que vemos que nos apetece (unos huevos con bacon, tortitas y lo que se tercie) y sin parar ni para respirar nos vamos a la misma velocidad con la que llevamos. Porque el destino final es la playa a descansar (que es a lo que hemos venido aquí). ¡¡¡Que agustito!!!
En nuestras hamacas tratamos de atrapar todo el sol posible, y tanto, como que cada 10 o 20 minutos tenemos que irnos a ponernos a remojo. Y seguimos super felices porque las previsiones de tormenta no se cumplen. Tras «sufrir» el sol largamente, nos vamos a comer, tratando de evitar en la medido de lo posible el modo piraña) y vuelta a la playa a echar una siestita a la sombra. Tras un rato, Maris se pone al sol, pero yo decido quedarme en la sombra porque el sol es fuego aquí. Y cuando decido animarme a que me de el sol, una nube impertinente no me deja… En fin, el día playero acaba. Así que nos vamos a arreglar un poco y a cenar al restaurante a la carta del día (hoy hemos descubierto que abren un restaurante temático cada noche). y hoy toca el Sea Side grill. Los restaurantes a la carta estan genial, la comida es excelente y el servicio es muy rápido y servicial. Por cierto, riquísima la enchilada y la fajita de res…
Tras cenar, vemos la performance que hay en el teatro, que era algo así como un concurso de chico de la playa o algo así, los guiris se lo pasan de lo lindo. Por cierto, empezamos a sospechar que no hay ni un sólo español a parte de nosotros por aquí. Y a dormir, que la playa agota.