Ya hemos hecho nuestra rutina diaria, levantarnos prontito y a desayunar, y a la playa a tostarnos. Tras colocar la tumbona y decirle al animador de los deportes que no vamos a salir de la playa porque ya hemos hecho muchas excursiones en el viaje, nos ponemos a tostar… Madre madre madre, lo que abrasa el sol, de nuevo a mojarnos, sol, remojo, sol remojo… Esto es vida… Y en esto resumo nuestra experiencia playera matutina…
Subimos a la habitación a cambiarnos, y tras liarnos un rato, nos vamos a comer, no sé por qué vamos tan cansados… Comemos, vamos a ver si nos conectamos a Internet y mirar nuestro correo a ver si nos ha escrito alguien, por cierto, qué amigos más rancios, no nos ha respondido nadie nuestro correo de ¡estamos vivos chavales!
Y de nuevo a la playa, y no se que nos hemos desayunado hoy, que llevamos todo el día muy cariñosos… Si es que nos damos cuenta de que lo nuestro está genial y estamos super enamorados, y que estamos pegándonos un viaje super guay… Disfrutamos de una nueva siesta playera y apuramos los rayos solares hasta el final. Aunque parece que he abusado un poco porque entre tumbona y remojo, se me han puesto los hombros un poco rojos, pero bueno, nada preocupante.
Tras la playa, observamos el bufé que están preparando aquí.
Aunque nos decantamos por ir al restaurante a la carta, que hoy toca comida mejicana. Tras hacernos una foto con un muñeco mejicano que recuerda a Iñigo, cenamos y de nuevo, todo riquísimo, y como siempre, repito segundo plato… jejeje Y tras la cena, vamos a ver la actuación tribal que han preparado en la playa, con un daiquiri, y luego a darnos un paseo romántico en el embarcadero, y de paso a dar de comer al mosquiteo local… Y a dormir, hasta mañana!