Qué pereza, madre mía! Esta clima te deja valdaíto… Nos levantamos a eso de las 10 pero con una parsimonia propia del clima húmedo y caribeño, por lo que tardamos, ni más ni menos, 2 horitas en ponernos en marcha. Pero una vez en la calle, la cosa cambia… ¡¡¡Actividad!!! Cogemos un econo-taxi que nos deja en la plaza Julio Cortazar, el corazón de Palermo Soho, una zona llena de tiendas de ropa moderna, más de diseño que en otras zonas, por lo que se ha convertido en la zona de moda. Paseamos por la calle Jorge Luis Borges hacia abajo, dirección Palermo Viejo. Un paseo la mar de agradable.
Llegamos a la Plaza de Italia, centro neurálgico de Palermo y vemos el parque zoológico (por fuera) el monumento a los españoles y bajamos el paseo hasta los Bosques de Palermo. ¡¡¡Que maravilla!!! Es un parque gigantesco con un par de lagos artificiales, barquitos, patines acuáticos, y millones de personas paseando, patinando, comiendo… Qué vidilla tiene este sitio, y la suerte de que está nublado, claro.
Tras patearnos medio parque, paramos a coger fuerzas con unos choricitos criollos (choripanes) propios de la tierra. ¡¡¡Buenisimos!!! Yo me lo pido con salsa criolla (mezcla de cebolla y tomate) y Juanjo con chimi-churri. Una delicia.
Cogemos un taxi a otra zona, La Recoleta. Vamos a la Plaza Alvear, llena de puestecillos de artesanía. Entramos al famoso Cementerio de la Recoleta, y justo hay una visita guiada gratuita, así que allá que vamos. Y menudo acierto, porque es un lugar precioso (a pesar de ser un cementerio), donde hay unas tumbas espectaculares, auténticas obras de arte de mármol o granito, esculpidas, etc… En realidad no son tumbas, son todo panteones familiares y bóvedas, muchas con vidrieras increíbles… Nos cuenta la guía varias historias como la de Rufina, una chica enterrada cataléptica, vemos la tumba de Eva Perón cuyo cadáver estuvo viajando por el mundo durante años, y otras muchas historias más. Una visita imperdible.
A la salida, pudimos ver la iglesia de La Recoleta, justo al lado del cementario. Preciosa.
Seguimos la Avenida Alvear, un lujamen de calle llena de tiendas de Armani, edificios de viviendas de lujo, palacetes, super limpio todo.
Desde allí desembocamos en la Avenida 9 de Julio y subimos (en taxi, por supuesto) hasta el obelisco.Allí vamos a la calle Lavalle, la zona comercial parecido a la Calle Preciados en Madrid… y paseamos hasta la Plaza de Mayo para ver la catedral (nos parece un poco fea, no parece una catedral la verdad). Aunque no pudimos entrar porque coincidió que estaban oficiando misa.
Cogemos otro taxi de nuevo a Palermo Soho a tomarnos una caña. Menudo ambientazo tiene esta zona. Y como nos espera un buen madrugón, nos vamos a casita a preparar las cosas. Compramos una pizza y a dormir.
PD: Siempre suelo decir que alli donde vamos, Juanjo se mimetiza con la gente del lugar. En Rusia creían que era ruso, en New York, con americano, etc. Pero esto no ocurre en paises latinoamericanos. En estos no piensan que es español. Prueba de ello es que en República Dominicana le hablaban siempre en inglés. La anécdota a la que voy es que iban dos niñas vendiendo rosas detrás de él, imitando hablar en inglés diciendo billeteishon, compreishon… Y que divertidas que iban.