Amsterdam, 6 de Diciembre

¡Buenos días!

Nuestro propósito el día de hoy es visitar los museos de la ciudad, al menos los más importantes. Para la elección ayuda el tiempo, ya que hemos estado oyendo toda la noche llover con ganas. Por cierto, hasta ahora el tiempo nos ha respetado bastante, hemos tenido mucha suerte ya que a pesar de las previsiones, no nos ha caído aún una gota encima.

Nos levantamos con parsimonia sobre las 11 de la mañana, ya nos vale, la verdad, pero hoy tocaba descansar, que los dos primeros días nos los hemos tomado con avaricia. Lo primero desayunamos camino de los museos, así que emprendemos la búsqueda de un lugar para al menos tomar un café. Encontramos uno en la calle Leibestraat, un local especializado en brunch, desayunos y comidas. Nos tomamos un café delicioso y una cookie con chocolate gigante escuchando música clásica, parece que el lugar nos anticipa el día cultureta jejeje. Lástima que no recuerdo el nombre del local, puesto que es para recomendarlo.

Retomamos el camino a los museos. Casi accidentalmente nos encontramos con el Bloemenmarkt o Mercado de las Flores, especializado en la venta de bulbos y semillas, y aprovechando la coyuntura aprovechamos para comprar unos cuantos bulbos de tulipan.

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Tomamos la calle Vijzelstraat, que nos acompañará hasta la fábrica de Heineken. A mitad de la calle encontramos una deliciosa tienda de juguetes para niños, donde pudimos realizar una pequeña comprita exprés para Blanca. Y llegamos a la fábrica de Heineken, que seguro que a muchos os gustará conocer:

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Nosotros posponemos la visita para más adelante si es que nos da tiempo. Antes queremos ver otros museos. Enseguida llegamos al Rijksmuseum (Museo Nacional) y al Museo de Van Gogh:

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Tras un breve paseo por la plaza Museumplein, comenzamos la visita museística.

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Comenzamos viendo el Museo Van Gogh, contemplando parte de su obra así como de otros artistas amigos como Bernard, Monet, o Gaugin. 14 euros por persona.

una vez concluida la visita nos zampamos unos perritos en un puesto callejero con cebolla frita que nos saben a caviar, ¡estábamos con un hambre de leones! Y una vez avituallados, pasamos a ver el Rijksmuseum. Este museo alberga obras de Rembrandt y otros maestros holandeses como Vermeer. Como curiosidad, la entrada cuesta 12.50 euros, pero al ir a pagar con la tarjeta de ING, la dependienta nos anunció muy cantarina que por ser clientes, nos correspondía un 50% de descuento. Y sobre este museo, la verdad, me gusta mucho más el arte hiperrealista de Rembrandt, supongo que como no entiendo de arte, es fácil impresionarme con cuadros que asemejan a fotografías.

Tras este paseo abandonamos el barrio de los museos acompañados de un ligero granizo. ¡Ya decía yo que habíamos tenido mucha suerte!

Terminamos la excursión, acercándonos al hotel a descansar un rato y esperar a ver si escampa. Tras un ratillo, una ducha para recuperar el calorcito y que dejara de llover, acudimos a nuestra taberna a tomar una cerveza, actualizar el blog y tratar de hablar (como siempre, sin conseguirlo) con nuestra hija. Ten hijos para esto, para que no quieran hablar contigo. jejeje

Después de recargar el tanque, vamos a cenar. Esta vez decidimos hacer caso a la Lonely Planet y vamos a cenar a un restaurante holandés dedicado sobre todo a tortillas y crepes, llamado Pancake Bakery, en Prinsengracht, muy cerquita de la casa de Ana Frank. Aqui nos cenamos una crepes impresionantes de bacon, champiñon y queso (María) y de carne con pimentón y ensalada (yo). Delicioso, terminamos llenísimos y encantados.

Por cierto, hay españoles por todos lados. Impresionante, en el restaurante de anoche, creo que las 10 o 12 mesas que tenían eran todos españoles. En la cena de hoy sólo un par de mesas. Se nota el Puente de la Constitución.

Hasta mañana!

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