Son las 8 y suena el despertador, y bajamos prestos a desayunar porque hoy vamos a visitar los monasterios de Meteora. El desayuno del hotel Tsikali es sencillo, pero muy completo, pan con mantequilla y mermelada, sandwich a la plancha, zumo… como sugerencia, pedid siempre el café expreso, el café de desayuno es realmente malo.
La zona de Meteora está constituida por un montón de bloques de piedra de hasta 600 metros de alto. Estas montañas se componen de roca sedimentaria, ya que hace unos 70 millones de años esta tierra era el fondo de un gran lago, tras lo cual, la zona emergió debido a movimientos de tierra. Una vez emergida la zona, un antiguo río fue erosionado la piedra formando las impresionantes columnas de piedra que se pueden ver ahora.

Los monasterios de Meteora empezaron a construirse alrededor del siglo XIII, en la época de las luchas con los turcos, y están construidos en la cima de estos grandes bloques de piedra, a propósito para defenderse de agresiones externas. De hecho, hasta hace bastante poco los accesos a los monasterios eran expresamente dificiles, aunque como ya no es necesario los monjes construyeron escaleras «civilizadas» para facilitar el acceso a proveedores, peregrinos (y por supuesto turistas). Aunque ha llegado a haber mas de 20, en la actualidad hay solo 6 monasterios activos. Todos están bastante cerca y hay una carretera que los une, así que hemos podido ver todos, aunque solo hemos visitado dos.
En fin, hacemos check out y nos montamos en el coche para enseguida empezar la visita.
San Nicolas Anapavsas:
Rousanos:
Gran Meteoron (hoy cerrado por descanso)
Varlaan
Santísima Trinidad
San Esteban
De todos, hemos visitado el de Varlaan y el de San Esteban. Para poder acceder a casi todos es necesario subir unas buenas escaleras, y una vez allí, pagar 3 euros. Tienen estrictas normas de vestimenta, y es obligatorio entrar con pantalones largos los hombres y las mujeres falda larga y los hombros tapados. Si hace falta una falda, te prestan una en la puerta.
Nos han gustado mucho los monasterios pero a mi personalmente me han encantado los paisajes, son realmente sobrecogedores. Recomendadísima visita. A nosotros nos ha tomado como unas tres horas aproximadamente, aunque desde Karampaka y Kastraki se pueden contratar excursiones por poco dinero (aprox 25 euros), que te recogen en tu hotel y tardan unas cuatro horas, hay gente que viene en tren hasta aquí y luego contrata la visita, como los chicos que conocimos ayer.
Emprendemos camino de vuelta, pues nos tocan unas 4 horas de coche. Afortunadamente no habíamos contratado alojamiento para esta noche porque no sabíamos cuanto íbamos a tardar en la visita. Nuestro plan inicial era llegar a Lamía y buscar habitación allí, pero como tanto la excursión de Meteora y el viaje de vuelta hasta Lamia se nos ha dado mucho mejor de lo que pensábamos (hemos llegado a las 3 a Lamía) cambiamos el plan, para ganar tiempo para mañana. Lamentablemente no hay tiempo para todo y hay que elegir, así que dejamos ver el castillo de Lamia para el siguiente viaje…
En Lamía buscamos algo de comida rápida y comemos unos baratísimos gyros de pollo (2,4 euros), riquísimos por cierto, y mientras comemos, tiramos de móvil para buscar nuestra pernocta en Atenas, encontramos un hotel chulo 4* a las afueras llamado Atenea…
Al coche y a Atenas que ya el camino es todo autopista. Hablando de carreteras, ojo con los perros sueltos que pueden dar un susto, y los peajes de la autovia son caretes (11 pavos en total la vuelta para unos 200km).
No hay mucha mas historia que contar hoy, el hotel Atrium esta bastante bien, un poco viejillo pero es muy amplio y parece tranquilo. Salimos a cenar por los alrededores del hotel, parece un barrio modesto pero muy tranquilo, y caemos en un «italiano-griego» que no está mal. Maris cena una ensalada cesar y yo pizza griega (tomate, feta y olivas), 21 euros.









