Ay, hoy acaba nuestro viaje. Lástima, lo bueno acaba pronto, pero al menos nuestro vuelo sale por la tarde y tenemos unas horas para dar un paseo.
Salimos a desayunar sobre las 11 y en la cafetería desayunamos manjares como siempre, destaco un huevo frito con tomate natural y queso fundido que estaba tremendo. Regresamos al hotel a terminar la maleta y prepararnos para irnos. Por cierto, fatal el hotel, a las 12:03 nos llaman a la habitación para que desalojáramos la habitación, 3 minutos de margen? En fin…
Comenzamos el paseo desde la Plaza Dam, descendiendo hacia el barrio de los canales del sur, llegando a la plaza Rembrandtplein. Siempre me ha gustado mucho la vida de esta plaza, y ahora en navidades está decorada con muchos puestitos e incluso un nacimiento con árboles de navidad y renos.
Continuamos hacia Voldenspark o parque del pueblo. Este parque es una especie de Central Park en versión Amsterdam, con muchos caminitos para pasear, lagos y bancos para las familias. Se pueden ver (cómo no) muchos ciclistas recorriendo el parque de arriba abajo, gente haciendo footing y familias pasando el día.
Después fuimos de nuevo a Museumplein, para dar un paseíto por entre los museos, y luego seguidamente, subimos de nuevo hacia la plaza Dam. Antes de llegar a ella, nos desplazamos hacia el barrio rojo para despedirnos.
Y después volvemos al hotel para recuperar las maletas y marcharnos. Cuando vamos a abandonar Amsterdam, antes de llegar a la estación de tren, nos despedimos con un hasta pronto de la ciudad. Nunca se sabe, yo ya he estado cuatro veces con esta aquí, así que algo tendrá…
Y poco más queda que contar, tren desde la Centraal Station hasta el aeropuerto de Schiphol, un par de horas de espera para embarcar en el avión de EasyJet (por cierto, no estoy hecho para las low-cost y sus embarques en plan marica el último), y viaje. Lo mejor de todo, Blanca nos esperaba en el aeropuerto con sus abuelos para darnos la bienvenida, y tan contenta que se ha puesto.
En fin, ¡ya estamos en casita!
Una ciudad fantástica. Por si tenéis pensado ir, es una ciudad relativamente cara, más que Madrid al menos, sobre todo el alcohol es casi prohibitivo (lo más barato que hemos llegado a encontrar, 4,5 euros una pinta de cerveza, el resto de alcohol lo flipas), la comida y la bebida también bastante cara, y el resto de cosas más o menos el precio que aquí. La gasolina es cara (1,66 euros el litro de gasolina 95), es preferible alojaros en el centro si lo podéis elegir (a 7 euros el tren ida y vuelta a Schiphol, enseguida se amortiza y tienes el hotel cerca). Se puede llegar a todo andando, y si os apetece, alquilar bicis, aunque seguro que cuesta tener la maestría que tienen los holandeses con el tráfico ciclista, a nosotros nos ha echado para atrás el frío.
Y nada, espero en breve poder contaros otro viajecito. ¡Gracias por leernos!