Estambul, 25 de Febrero de 2011

Bueno bueno! Ya estamos arriba, esperabamos que nos levantara la llamada a la oración del alba, pero no lo hemos oído (supongo que no lo han hecho) porque desde la ventana se ve esto:

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Se trata de la pequeña Mezquita Sokollu. Como se puede apreciar, no hace un día muy soleado que se diga, de hecho, el día tiene la misma pinta que el de ayer. Así que nos armamos del chubasquero y nos vamos a patear la ciudad, tras el desayuno en el hotel.

Como las mezquitas las vimos ayer y hoy no hace sol, decidimos dejarlas para verlas por dentro mañana a ver si con suerte hace sol. Así que nos encaminamos a ver el Palacio de Topkapi.

Llegamos y comenzamos a pasear por el primero de sus cuatro patios. Al parecer, el palacio está dividido en cuantro patios diferenciados, a cada cual antiguamente cada vez pocía acceder menos gente: el primer patio era el patio del pueblo, en el cual podía acceder libremente cualquier persona. Mirad que vistas desde la puerta del primer patio:

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En este patio compramos las entradas de acceso al palacio. Vimos desde fuera una iglesia de la época bizantina y enseguida atravesamos las puertas que dan acceso al segundo patio. En este patio, antiguamente, ya sólo podían acceder personas invitadas por el Sultán, y en él se celebraban recepciones y celebraciones.

Tras un breve paseo por el segundo patio, accedemos al tercero por otra gran puerta. Este patio sólo era accesible por las personas de confianza del Sultán, así como otros mandatarios. Tras atravesar la puerta se ven enseguida dos edificios en mitad del tercer patio: El primero es un edificio que contiene una gran sala de audiencias, donde el Sultán recibía a sus invitados:

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El segundo es una mezquita privada para que el Sultán y su familia pudieran hacer sus oraciones:

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En los edificios alrededor se encuentran una serie de estancias donde poder admirar muchos de los tesoros del Sultán, ropas del Imperio Otomano, y algunas reliquias sagradas de le profeta Mahoma. Tras un buen paseo por el museo accedemos al último patio, que es el patio en el que paseaba la familia del Sultán.

Este cuarto patio está en restauración en estos momentos, pero hemos podido ver el Pabellón de Bagdad, que se construyó para celebrar la conquista de la ciudad:

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Tras disfrutar de un breve paseo, decidimos volver que nos queda mucho Estambul por conocer.

Al salir, llegamos a la Cisterna de la Basílica. Esta cisterna es un gran tanque subterráneo de 140 x 70m que construyó el emperador Justiniano en el siglo VI. El techo de esta cisterna está sostenido gracias a más de 300 columnas, entre las que destacan dos, las cuales tienen en su base dos cabezas de la Diosa Medusa (se desconoce la finalidad de estas cabezas). Es una visita impresionante:

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Tras esta impresionante visita nos vamos a comer. Mientras comemos repasamos la guía y un escalofrío recorre mi espalda… ¿!¿!María, hemos visitado el Harén del Palacio?!?! No padre!!!!

En fin, terminamos de comer, nos vamos a cambiar de ropa al hotel para entrar en calor y partimos raudos al palacio de nuevo a ver si nos dejan pasar para verlo. En la puerta del palacio se apiadan de nosotros que tratábamos de pasar haciéndonos los tontos con las entradas que ya habíamos usado… Y nos dejan pasar. Estos “Estambulenses” son bien amables la verdad, porque bien podían haber pensado que tratábamos de colarnos, pero nos han dejado entrar.

Y vamos a visitar el Harén que también hay que sacar entrada. Con una suerte increíble puesto que nos dan las dos últimas entradas del día, que justo están cerrando.

Menos mal que lo hemos visitado. Es una maravilla conocer cómo vivían el Sultán y sus mujeres. Al principio vemos las estancias de los Eunucos Negros, que eran los sirvientes del Harén:

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Poco a poco vamos atravesando las estancias y patios:

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Hasta llegar al aposento del Sultán:

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Ahora si hemos visto por completo el palacio. Menos mal. Una vez terminada la visita, decidimos ir de compritas al Gran Bazar:

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Y aquí, tras millones de regateos (Ni Cristiano Ronaldo regatea con tanta maestría como mi María, oiga), nos vamos de vuelta al hotel al reposo del guerrero. No hemos podido hacer todas las compras que queremos, pero hemos comprado algunas cosas a un buen precio y en alguna otra hemos pecado de pardillos, supongo. Pero ha sido divertido.

Hasta mañana!

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