Hoy toca día de relax total. No nos viene mal levantarnos tarde, después de no poder dormir bien por culpa de un ruido del calentador de agua que sonaba como si alguien se tiraba peditos cada 30 segundos en el cuarto de baño… Así que nos levantamos sobre las 11 y nos vamos a la playa de Brela, al parecer de las más bonitas del país:
Como podéis ver, una bonita playa, rodeada de montañas, un pueblecito blanco… Así que aquí hemos pasado el día, María al sol y yo debajo de un arbolito de los muchos que hay en la playa… Y a remojo todo el día, con la mezcla del olor a mar y pino, que siempre me evoca a mis primeros veraneos en Oropesa del Mar.
La playa es impresionante, eso si, en el Adriático no hay que esperar playas de arena, puesto que solo hay un par de ellas en toda la costa. Sin embargo, a cambio, el agua es azul y cristalina casi como en una piscina, y uno no se mancha de granitos de arena que luego arrastra kilómetros en el bañador o en la chancla 😀
Tras la playa, vuelta al apartamento del “peíto” y a buscar alojamiento por internet para el día de mañana. Tras buscar un buen rato algo cercano al centro y comprobar sus prohibitivos precios, encontramos una buena oportunidad para alojarnos én un hotel 5 estrellas a las afueras de Dubrovnik, asi que allá vamos!