Bueno, ¿quién se pensaba que nos íbamos a quedar hasta el día 10 en Christchurch? Llevabamos pensando este plan desde antes de pasar a la isla sur… Y estamos emocionados. Eso si, nos vamos a desprender dos días de nuestra amada campervan. Si, será duro y echaremos de menos su confortable cama, pero creemos que merecerá la pena.
El plan consiste en tomar el tren TranzAlpine, que recorre la isla de Christchurch a Greymouth (de costa este a oeste). Y no sólo eso, sino que durante el trayecto atraviesa la cordillera de los Alpes del Sur, pasando desde la altura del mar a casi 800 metros de altitud, para volver a bajar a la costa. Y además de eso, que ya mola, hemos alquilado un coche en Greymouth para desplazarnos unos kilometrillos hacia el sur siguiendo la costa, hasta llegar a Franz Josef. Y aquí vamos a intentar ver los glaciares Fox y Franz Josef, y si puede ser, el monte Cook que es el monte más alto del país.
Así que nos ponemos en marcha, no sin sobresaltos, ya que casi perdemos el tren porque yo pensaba que salía a las 8:45 en lugar de a las 8:15 como salía en realidad, pero por suerte María se da cuenta a tiempo y llegamos bien (afortunadamente estamos muy cerca de la estación del tren).
Nos subimos en el tren y no podemos esperar mucho para irnos al vagón panorámico, un vagón con una terraza abierta donde se puede disfrutar del paisaje (eso sí, bien abrigados). Y aquí disfrutamos de las mejores vistas que hemos contemplado hasta el momento…
Y así hasta el Arthur’s Pass… Que es el puerto de montaña en el que se llega a 787 metros de altitud y el tren hace una parada antes de comenzar a bajar… Y el frío no nos deja hacer más de una foto de nuestro transporte hasta que nos metemos en el tren a entrar en calor.
En la bajada, no hemos podido hacer fotos puesto que estaba lloviendo mucho y no se veía gran cosa, lástima, porque el paisaje promete. Cuando volvamos pasado mañana con el mismo tren, esperamos que haga mejor y os enseñaremos alguna instantánea…
En fin, con una hora de retraso con respecto a las 4 horas y media que dura el trayecto, llegamos a Greymouth. Y directitos a la oficina de Avis a por nuestro coche. Lo recogemos comprobando con desagrado que nos dan un coche manual en lugar de automático y al protestar nos dicen que es lo que hay, que no tienen más coches así que nos lo quedamos temiendo que el resto de casas de alquiler estén igual.
Al principio se hace complicado cambiar con la izquierda, pero a los pocos kilómetros ya me hice con los mandos. Por cierto, el Toyota Corolla este va que se las pela, no se que motor tiene pero es potente (es un Auris de los de España). Y guay porque así los 170 kilómetros se nos hacen fáciles. Y eso que no hemos podido correr porque ha caído un aguacero… Pero bueno, alguna foto ha hecho María por la ventanilla.
Impresionante la vegetación… Igual de impresionante que algunos «apaños» que hacen en las carreteras aquí, no damos crédito cuando los vemos, había un par de puentes en el que el tren, los coches de una dirección y los de otra, van todos por el mismo carril… Si no os lo creeís, ya os lo aseguro, hemos ido detrás mismo de un tren de mercancias… Pa flipar. Ah y eso no es todo, ya flipas cuando ves una rotonda atravesada por la mitad por las vías del tren…
Llegamos sin incidentes a Franz Josef. Tras una vueltecita con el coche inspeccionando moteles, encontramos uno que tiene una pinta bastante apetecible. Preguntamos y el encargado, un tio muy agradable, nos enseña una habitación por 50 euros la noche muy chula… Asi que aquí nos quedamos a pasar dos noches… Y a rezar para que pase el temporal para mañana.
Ah, estamos leyendo todos vuestros comentarios, nos encanta ver que os está gustando nuestras «crónicas del mundo al revés» como ha dicho Javi. Muchos besos a todos.