Nos levantamos bien prontito, hemos descansado lo justo pero hay que madrugar para llegar pronto a Buenos Aires, ya que el Mago tiene que abrir su bar, con lo que tenemos que llegar más o menos pronto.
Enseguida nos vamos a desayunar al recibidor del hotel, donde nos dan, para variar, unas facturas… Están riquísimas ummmmmm… En fin, que casi con el horario previsto, a las 9 y media partimos, nos quedan 700 kilómetros para llegar. En esta parte conduce Pedro, y parece la más sencilla, no hay apenas tráfico con lo que no hay que adelantar.
Hoy Vicky no viene con nosotros, va en el Corsa con Matías… Con lo entretenido que se hace el viaje con ella… Bueno, en el Corsa, conduce primero Matías, una buena tirada hasta que nos paran en uno de los controles de carretera que hay aquí y le piden la documentación (en todas las entradas o salidas de pueblo hay un control permanente de la policía)…. Uisss ¡que Mati tiene el carnet caducado!
No pasa nada, saca el pase de prensa que hizo Vicky, dice que es periodista argentino trabajando en Madrid y que el carnet no lo encuentra, que debe estar en otro coche. Así que le dicen que mande un fax con el carnet lo antes posible. Eso si, no puede continuar (de momento) así que en el Corsa toma el relevo Vicky.
Hasta ahora va la cosa muy bien, pero la cosa empeora cuando Cervi toma el volante del Toyota, porque empieza a haber muchos camiones que adelantar y bastante tráfico contrario… Vicky tiene un adelantamiento complicado, por los pelos, y Cervi tiene problemas para adelantar… Pero bueno, continuamos más despacio y ya está.
Luego Matias vuelve a conducir el Corsa y a mi me toca el Toyota, en la entrada a Buenos Aires, y la verdad es que menudo estrés. Entre los adelantamientos complicados (nos pusimos a adelantar un camión y al empezar a adelantar nos dimos cuenta que eran cuatro mega camiones pegados), la ausencia de autovías hasta la entrada de la ciudad, el estrés del callejeo posterior… Terminé cansadísimo.
Es gracioso como conducen aquí. Los límites de velocidad están de adorno, podrían ahorrarse la pintura de las rayas de los carriles porque nadie los hace caso, todo el mundo adelanta con línea continua… En fin, lo que quiero decir con esto es que hacer un viaje de 4000 km por estas rutas y llegar sin más contratiempo que una rueda pinchada no está nada mal, no?
Bueno a las 5 y media llegamos a casa del Mago y ahí nos quedamos, a pasar calor y descansar, porque madre mía la que cae en Buenos Aires hoy!!!