San Carlos de Bariloche, 12 de Febrero

Nos levantamos prontito, no sin dificultad porque la cama nos ha atrapado… Tras un rato de lucha nos levantamos a desayunar, que para mi gusto, estaba regulín. Y de vuelta a la habitación a hacer la bolsa.

Como convinimos a las 10 y cuarto está esperándonos el autobús de la empresa Tiempo Libre para llevarnos de vuelta al aeropuerto internacional de Pin y Pon, estooo de El Calafate. Facturamos, pagamos las tasas, y tras una larga cola pasamos a embarque. Aquí pasamos el susto del día, cuando tras un rato sale una señora de la puerta de embarque vociferando nuestros nombres… ¡Si no hemos oído llamar a nuestro vuelo!

Casi nos quedamos en tierra, que susto, sobre todo Maris que al oir su combre, cogío el bolso y echó a correr sin mirar atrás, mientras yo recogía:

  • El portátil
  • La mochila
  • La bolsa con los forros

Y echo a correr detrás, mientras oigo una voz que me dice ¡CORRE MULA FRANCIS! Lo mejor es cuando dentro del avión Maris me pregunta ¿Has cogido todo? ¿Nos hemos dejado algo?…

En fin… Que el vuelo ha sido rápido y sin más percances hemos llegado a San Carlos de Bariloche. Tomamos un remis al Centro Cívico (plaza donde está el ayuntamiento, la policía, el centro de información turística) para esperar al resto del grupo. Nada más bajar me meto un bife de chorizo de campeonato porque la comida del avión ha sido un poco pufff… Y a esperar…

Centro Civico Lago Nihuel Huapi

Cuando rondan las 6 de la tarde, recibimos una llamada de Vicky diciendo que les quedan unas dos horas de viaje, con lo que comenzamos a buscar un sitio para dormir…

En la plaza, si te ven con macutos, se te acerca gente ofreciendo apartamentos. Una chica nos ofrece un par de apartamentos para los nueve integrantes del viaje, por 350 pesos. Además preguntamos en la oficina de información turística, donde nos informan de albergues baratitos…

Esperando al resto de la expedición

El resto de la tarde lo pasamos al solecito de la ciudad, esperando y oteando por si aparecieran los coches… Y haciendo tiempo, sentados en un banco del Centro Cívico, y admirando el impresionante lago Nihuel Huapi. Pero los chicos no aparecen y el sol se oculta, con lo que el frío nos empuja a irnos a tomar una cervecita a un local cercano. A los pocos minutos nos llaman (casi a las nueve, aquí en las carreteras se tarda más de lo que parece) y nos reencontramos con Vicky y Matías… El resto del grupo viene más atrás, porque van parando de vez en cuando a hacer fotos del camino.

Vamos a buscar a la chica del apartamento, pero supongo que o por la hora o porque había colocado ya los apartamentos, no la vemos así que vamos a mirar al bloque en el que nos dijo que había apartamentos en alquiler. De camino nos aborda un chaval de aspecto poco recomendable (para hacer cosas legales) pero que nos consigue alojamiento. Un apartamento genial con 12 camas en literas, en dos plantas, de maderita… Todo un triunfo…

Planta de arriba del apartamento

Genial, una vez alojados, nos vamos a cenar al centro a un lugar que conoce Matías de otros viajes. Cenamos increíble, bifes de chorizo, lomos, yo por mi parte una especie de guiso de ciervo muy rico, aunque Vicky que pide lo mismo que yo, no opina igual. Cuando estamos a medio plato, llega el resto de la expedición, Pedro, Cervi, Mago, Quique y Barra (los tres amigos de Mati que se apuntan a la excursión).

Y poco más, a la camita que mañana nos ponemos en ruta y nos acercamos al Parque Nacional de los Alerces.

Scroll al inicio