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Viajando en caravana

Voy a escribir sobre el turismo en caravana. En nuestro caso ha sido la primera vez que viajamos de esta manera, y me parece interesante escribir unas líneas sobre la experiencia. Bueno, en realidad hemos viajado en una furgoneta preparada, algo menos voluminosa y pesada que una caravana, pero yo creo que la vida debe ser la misma en ambas.

Estudiando la mejor manera de movernos por Nueva Zelanda, algunas guías y la gente que ha viajado por allí nos recomendaba este medio de transporte. Aunque el hecho de conducir un furgonetón, por la izquierda como conducen los Kiwis no nos atraía en exceso, decidimos darle una oportunidad. Buscando información por diferentes páginas vimos algo cómodo en http://www.maui.co.nz/, y no nos pudimos creer el precio: 750 euros por 17 días, en una furgo, con cocina con fogones, baño con ducha, fregadero, agua caliente, bombona de gas, salón/cama, microondas… Con seguro a todo riesgo sin franquicia, así como un kit "sin preocupaciones" que incluía entre otras cosas tener el depósito y la bombona de gas llenas, sillas y mesa de camping… y lo más importante, la posibilidad de recogerla en Auckland (en la Isla Norte) y devolverla en Christchurch (en la Sur). Así que no nos lo pensamos más y decidimos reservarlo. Pagamos la reserva (un 25% del importe) y nos olvidamos hasta la llegada a Auckland.

Una vez allí, cuando salimos del aeropuerto, nos dirigimos a la casa de alquiler que se encontraba a la salida del aeropuerto. Allí caímos en la cuenta de que la furgo tenía cambio manual, y por suavizar el aprendizaje hubiera estado genial haber elegido una automática. Pero por suerte, por 10 dólares neozelandeses te dejaban elegir la furgoneta superior. Al cambio son 5 euros al día, unos 75 euros. Así que nos decidimos a llevar la furgo automática. Y enseguida salimos por la puerta con nuestro flamante bicho.

Nuestra caravana... Maui te echamos de menos...

Estábamos un poco estresados por la conducción allí, pero enseguida nos dimos cuenta de que en carretera no cuesta mucho hacerse con los mandos, sobre todo teniendo en cuenta que no hay que preocuparse por el embrague ni por el cambio. Pero eso sí, cuesta un poco hacerse a conducir al revés, los primeros kilómetros sobre todo… Y más teniendo en cuenta que el primer sitio que pillamos es la autovía de entrada a la ciudad más grande de Nueva Zelanda, repletita de tráfico. Hay que vigilar el lado izquierdo, que acostumbrados a ir conduciendo en el asiento izquierdo, tendemos a pisar el arcén… Los cruces se hacen complicados y al principio te parece que tienes dislexia lateral… Es todo un poco raro pero bueno, con los kilómetros enseguida se acostumbra uno.

Destrozados por el viaje, nos vamos a descansar. En la casa de alquiler nos dieron un folleto y un mapa donde listan un montón de campings preparados para estas furgonetas. Éstos se llaman allí Holiday Parks, debido a que tienen gran cantidad de facilidades para toda la familia, algunos tienen hasta spa gratuito que algún día hemos utilizado.

Una vez elegido el camping, metemos su dirección en el GPS (otro elemento imprescindible en el viaje) y enseguida nos plantamos en él, a unos 20 kilómetros de Auckland. Y sin pensarlo mucho más, nos disponemos a dormir. Así que toca desmontar la mesa para convertir el salón en cama. El proceso es sencillo, se quita la mesa, se pone entre los dos bancos del salón, y después se pone otra tabla a continuación de la mesa para completar el "somier". Luego se bajan los respaldos de los bancos y se ponen también entre los bancos, consiguiendo así una cama de 1'70 x 2 metros. Y a la mañana siguiente comprobamos que la cama es muy cómoda.

Por la mañana me decido a probar otro de los elementos de la furgoneta: la ducha. Así que, como ya tenía lleno el depósito de agua, abrí la bombona de gas, enchufé la bomba de agua y el calentador, y a ducharme… Bastante incómodo, la verdad, el agua sale sin presión y apenas hay sitio en la ducha, así que la ducha quedará para alguna emergencia, no así el retrete, que si que es bastante usable para aguas menores… jejeje

Y ¿qué pasa con el agua sucia? Ésta se acumula en dos depósitos, uno de agua sucia y otro para los residuos del retrete. Y por suerte en Nueva Zelanda están muy bien preparados para este tipo de turismo, ya que tienen cada muy pocos kilómetros un punto para vaciar los depósitos. (Y además como te pillen vaciándolos en otro lugar que no esté indicado te pueden emplumar).

Así que nuestra rutina matutina ha sido, levantarnos, abrir el gas para hacernos unas tostadas, calentar un cafetito en el microondas, recoger los sacos de dormir, desmontar la cama, montar los sofás y la mesa, desayunar, encender el motor para desempañar la luna delantera, abrir las cortinas de las ventanas, cerrar todos los armarios… Desenchufar la caravana de la toma de corriente, cerrar el gas, apagar el calentador y la bomba del agua… Vaciar los depósitos y en marcha… Parece mucha tarea, pero enseguida se acostumbra uno y en menos de media hora se pone en marcha.

Y la verdad, ha sido todo un invento. Además de la pasta que nos hemos ahorrado en hoteles, ha estado genial porque cuando decidíamos donde dormir en lugar de ir buscando bed and breakfasts o moteles a ver donde hay un sitio libre, ver precios, ver si nos gusta la habitación, etc, introducíamos la dirección del Holiday Park más próximo en el GPS, llegábamos, cogíamos una parcela y listo. Un ahorro en tiempo y dinero genial…

Pues nada, así ha sido nuestra vida a bordo. La verdad, una vez que te acostumbras es casi como ir con tu casa a todas partes, así que ha sido una gran experiencia. Quizás repita en otro destino…

Madrid, 12 de Septiembre

Bueno, pues ya estamos en casa, machacados de la paliza de avión aunque seguros de que la paliza ha merecido la pena… Pero vaya que si ha sido paliza, ya que salimos de Auckland ayer a las 2 de la mañana hora de Madrid y hemos llegado hoy a las 9 de la mañana… Pero vamos, que aun con esas y con la lucha que tenemos ahora mismo para no dormirnos y no sufrir en exceso el jet-lag… Ha merecido mucho la pena… Y os mostraré por qué, con unos cuantos vídeos…

Nos mostraron cómo esquilan las ovejas en la Isla Norte en Matamata. Comentar en este vídeo que al parecer, los esquiladores cobran por oveja esquilada, con lo que deben hacerlo lo más rápido posible. De hecho hay concursos nacionales de esquiladores de ovejas:

Pudimos dar de comer a un corderillo:

Pudimos ver una ceremonia Haka de bienvenida en Rotorua:

Ver el lomo de una ballena en Kaikoura:

Atravesar los Alpes del Sur en tren con el TranzAlpine:

Aterrizar en un glaciar a los pies del Monte Cook:

Y sobrevolar el Glaciar Franz Josef:

Y eso que los vídeos no terminan de hacer justicia a la maravilla que hay allí. Me permito tomar prestado un vídeo de otro youtubero que enseña las carreteras que hay por allí, los paisajes… En concreto está por una zona a la que nosotros no hemos llegado, Te Anau a Queenstown, pero las carreteras son todas muy al estilo de esta:

Esta ha sido la ruta que hemos seguido en la Isla Norte:

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Unos 1440 kilómetros según Google Maps. Las ciudades son:

  • A) Auckland
  • B) Orewa
  • C) Paihia
  • D) Whangarei
  • E) Hot Water Beach
  • F) Waihi Beach
  • G) Matamata
  • H) Cambridge
  • I) Rotorua
  • J) Wai-o-tapu
  • K) Taupo
  • L) Raetihi
  • M) Wellington

Y de ahí a la Isla Sur:

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Unos 1750 kilómetros, y las ciudades recorridas son:

  • A) Picton
  • B) Kaikoura
  • C) H) y K) Christchurch
  • D) y G) Greymouth
  • E) Franz Josef Glacier
  • F) Fox Glacier
  • I) Lake Tekapo
  • J) Lake Pukaki

Ah, como curiosidad, jugando con Google Maps he visto que hemos pasado a muy pocos kilómetros de nuestras antípodas exactas, el punto más distante de la tierra. En concreto, pongo en el punto A la antípoda de Sanse que es un lugar, en medio de la nada, a unos 100 kilómetros de Wellington y cerca de la costa este de la Isla Norte. Las coordenadas son -40° 33′ 54.48″, +176° 22′ 32.88″

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Y ya dejo de dar la brasa. Espero que tengáis la oportunidad de ir en alguna ocasión. Animaos. Es un país muy fácil para viajar, ya que la gente es muy atenta y amable, es un país muy civilizado, y viven mucho del turismo, pero a la vez no está masificado, con lo que no se encuentran grandes poblaciones con neones al lado de una maravilla natural como puede ser un glaciar (como si hemos visto en algún otro país), o una autovía gigantesca atravesando un parque nacional. Es un país en el que da la sensación de que aunque alguien vaya sin saber nada de inglés, no va a tener problemas puesto que los kiwis tienen paciencia y pondrán de su parte para poder entenderse contigo.

Eso si, id con mucho tiempo. Al menos un mes. Nosotros íbamos 17 días únicamente y hemos podido ver una cantidad de cosas increíble para el tiempo que hemos tenido así que estamos super contentos. Pero volvemos con pena de habernos perdido muchas cosas… Los fiordos de Milford Sound y Doubtful Sound… disfutar despacio de las ciudades por las que hemos pasado… visitar Wellington, Queenstown y Dunedin… Visitar más despacio y con más detenimiento la isla norte… Haber estado bien de la espalda para haber hecho bungee jumping… Bañarnos en Hot Water Beach…

Muchas gracias de nuevo por todos los comentarios y ánimos para que siguiéramos escribiendo el diario… Así ha sido mucho más divertido escribirlo…

Singapur, 11 de Septiembre

Bueno, esto es solo para comentaros que acabamos de aterrizar en Singapur, estamos bien y con las tarjetas de embarque preparadas y listas para embarcar a las 12 de la noche hora Singapuriense (aqui son siete horas mas creo, asi que a las 4 de la tarde hora de Madrid)

El primer vuelo ha ido guay, hemos venido en Singapore Airlines y aunque no hemos tenido la suerte de disfrutar un A380, hemos volado en un 777 hiper-mega comodo…

Por cierto, se nota que a final de mes estrenan gran premio de F1 aqui, porque en el aeropuerto de cada una tienda hay dos formulas uno, o como simulador de coches o de exhibicion, o carteles donde hacerse una foto con Hamilton…

Christchurch, 9 de Septiembre

Tras pegarnos el Desayuno de huevos fritos, salchichas, tomate, patata frita rebozada (hashbrown), bacon, tostada, y cafe… (uff) Cogemos la Camper con dirección Christchurch, nuestro ultimo destino. Mañana devolvemos el vehículo y cogemos el avión de vuelta a Auckland, por lo que el día se presenta bastante tonto, teniendo además en cuenta la lluvia que cae. Y vamos por la carreterita y a 50 kilómetros de nuestro destino final de repente BANG!!! PLONCH!! RRRRRRRRRRRRRR!!! OHOH!!! Reventón de la rueda trasera derecha!! OHOH!!!

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Menudo susto, acabábamos de adelantar un camión… A la cuneta y a cambiarla… Pero… ¿Cómo se le cambia la rueda a esto? Pues bien, como tenemos tantísima suerte, hemos reventado a 100 metros de un coche patrulla, que rápidamente ve nuestros warning y acude en nuestro auxilio. Y que digo yo, que posibilidades hay de acabar pinchados al lado de un coche de policía.. Nosotros hemos conseguido, no sólo que nos ayude una patrulla, sino dos… Pues a los pocos minutos, cuando estábamos con la tremenda duda de al lado que se desenroscan las tuercas de la rueda, llega otra patrulla a resolvérnosla. Y ambos policías, muy voluntariosos, nos han cambiado la rueda casi por completo (cuando ya estaba puesta Juanjo ha apretado los tornillos para marcarse el tanto).

Una vez cambiada, buscando un taller de neumáticos, encontramos a la madre de nuestra Camper y del resto de caravanas de Nueva Zelanda.

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Paramos en uno, dos, tres talleres, y en ninguno tienen una rueda que nos valga. En el último sitio, nos indican donde está el taller donde si la tienen… Con la suerte que llegando a este taller, nos encontramos con la oficina de Maui que es la empresa que nos alquiló la Camper, y donde tenemos que devolverla mañana. Así que entramos a contarles nuestro pequeño incidente, y a preguntarles si debemos comprar una rueda o si nos pueden echar una mano.

Y como tenemos una flor en el culete, nos dice el señor, que tenemos un contrato "Sin Preocupaciones", esto es, con seguro a todo riesgo. Así que nos cambian la rueda gratis y de paso nos invitan a un café. Y digo yo, ¿que posibilidades hay de pinchar a pocos kilómetros de la oficina y pasar al lado de la misma buscando una rueda? ¿Y que te digan que no te tienes que gastar 300 dólares de rueda? Desde luego es que tenemos al ángel de la guarda en la chepa.

Tras el tour de la potra, nos encaminamos al centro de Christchurch. A todo esto, a las 3 de la tarde, aún seguimos intentando digerir el desayunito de las narices. Quien nos manda.

Damos una vueltita, y nos vamos al camping a hacer las maletas. Por cierto, nos hemos hecho en la cocina del camping unos solomillos de carne de vaca que quitan el sentido… Madre mia que rico.

Y mañana empieza nuestro peregrinaje de vuelta a Madrid. El primer salto, mañana desde aquí a Auckland. Allí tenemos reservada habitación, daremos una vueltita por la ciudad si nos da tiempo, y pasado mañana embarcamos ya en el super vuelo (10'5 horas hasta Singapur, 12'5 horas hasta Frankfurt y el remate final, dos horas y media hasta Madrid). Así que allí nos veremos.

Un beso a todos. Gracias por seguir nuestras aventuras.

Lake Tekapo, 8 de Septiembre

No nos resignamos a quedarnos en Christchurch hasta el final de las vacaciones. Así que decidimos hacernos una excursión de un día a ver los lagos Tekapo y Pukaki, dos lagos que están cerca del monte Cook (por el otro lado del que estuvimos cuando visitamos los glaciares).

Así que a las 9 nos ponemos en ruta, son 225 kilómetros de ruta pero el camino está muy llanito así que sobre las 11 y media estamos en Lake Tekapo, el pueblecito que hay al margen del lago. Aquí viven del turista, asi que nos damos una vuelta inspeccionando los Bed and Breakfast y moteles, y terminamos alojándonos en Godley Resort Hotel… Suena muy rimbombante, pero es un hotelito normal (María opina que tirando a cutrillo). Pero bueno, es cómodo y tiene unas inmejorables vistas al lago y las montañas de alrededor. Hoy dormimos bajo techo, estamos al lado de muchas estaciones de esquí y hará fresquito a la noche.

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Esto es desde nuestra habitación. Aunque el lago tiene un agua muy azul, hoy está el día encapotado así que casi no se aprecia. Comemos y hacemos unas fotillos… Cuando estamos un poco decepcionados por que el agua no se ve como esperamos, partimos a ver el otro lago, el lago Pukaki, a unos 50 kilómetros. De nuevo, la carretera es rectita así que no tardamos nada en llegar. Y aquí si que alucinamos con la vista.

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Ahí donde está la nube negra en el centro de la segunda foto, está el Monte Cook que se está haciendo el difícil, nos está costando mucho verle… Pero aun así la vista es increíble. Y no se aprecia el azul del agua en las fotos, pero es un tono azul turquesa impresionante.

En fin, los dos valles que hemos visitado fueron formados por glaciares hace miles de años y en su lecho están estos lagos. Nos ha gustado muchísimo el lago Pukaki, formado por el glaciar Tasman, que trancurre entre el monte Cook y el Tasman. Y el color azul es debido a los sedimentos en suspensión.

Christchurch, 7 de Septiembre

Hoy es un día tonto… Mucho frío, domingo… En Christchurch no hay mucho que hacer salvo dar una vuelta y comprar souvenirs así que nos dedicamos a ello y poco más…

Y la verdad es que hoy estamos dejando pasar el día para descansar un poco. Se nos acaban las vacaciones pero para mañana tenemos pensada una excursioncilla aún… Ya os contaremos.

Ah que casi se me olvida, aquí celebran hoy domingo el día del padre, así que aunque no es costumbre en España, feliz día del padre a Juanjo y Alfonso. Besos de vuestros hijos.

Christchurch, 6 de Septiembre

Madre mía. Que frío. Anoche mis pies parecían dos sorbetes… Y lo que costó que entráramos en calor… Estamos con borrasca asi que hace frío, nada que ver con el primer día aquí. Pero bueno, hemos aguantado hasta tarde en el saco de dormir… Daba pereza salir fuera al frio.

Hoy hemos decidido saldar una deuda que teníamos pendiente con el país… Ver un pájaro Kiwi. Así que dedicamos el día a vacacionar y ver el bichito. Como es un pájaro protegido y en peligro de extinción, no tenemos más remedio que verlo en una reserva… Así que vamos a Orana Wildlife Park, un zoo en el que se pueden ver mogollón de bichitos, sobre todo del África, y bueno, también de aquí…

El lugar es un zoológico estratégicamente pensado para niños, con mogollón de espacio, una granja para que tomen contacto con las ovejas, vacas y demás… Muy chulo todo. La estrella de la fiesta es el pájaro. Intentamos verlo pero resulta imposible. El pajarraco es un bicho de hábitos nocturnos y huye con el menor ruido, así que tienen montado un observatorio completamente a oscuras, en el que verle. Pero además el bicho se esconde entre piedras… Así que nos toca esperar a la hora en la que le dan de comer. Ahí si que salen los dos que están en el observatorio que se las pelan. Son unos pájaros algo más grandes que una gallina, con un cuerpo rechoncho, sin alas y un pico muy fino y alargado… Realmente curioso de ver. No hemos podido hacerle foto por la oscuridad, pero busco alguna de Internet para ilustrar.

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Y el resto del día entre zoo y labores domésticas, hoy tocaba comprar y hacer la colada… Y descansar del ritmo de estos días atrás.

Oh oh!!! Acabo de ver la previsión del tiempo para mañana y esta noche va a hacer -1 grado!!!! Horror!!!!!!

Christchurch, 5 de Septiembre

Damos un brinco de la cama a eso de las 6:30 deseando abrir la ventana y que hiciera buena mañana… Amanece… Y al abrir la ventana descubrimos que se ha levantado la mañana completamente despejada. ¡Que suerte!

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Así que hacemos la maleta, desayunamos, metemos todo en el coche y vamos al centro del pueblo de Franz Josef (es decir, a la calle de al lado). Allí nos dan no una, dos buenas noticias. La primera: que hay más gente dispuesta a volar a las 8 de la mañana con lo que si podremos volar. La segunda: las otras personas hacen el tour más largo con lo que nos ofrecen el mismo tour al precio del intermedio (ahorrandonos 200 dólares)… Así que por supuesto accedemos, conocemos a Margareth e Ian, la pareja de señores australianos que han hecho posible juntarnos cuatro personas para el vuelo, y a las 8 en punto está el helicóptero recogíendonos.

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El helicóptero despega y comprobamos que va super suave. Es la primera vez que montamos en uno asi que estabamos un poco temerosos por lo brusco que pudiera ser. Pero la verdad es que va como la seda, el piloto se nota que controla. En fin, el trayecto consiste en subir por el glaciar Franz Josef, donde nos da una panorámica pero nos explica que debido a las condiciones del tiempo no puede aterrizar.

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De ahí nos lleva a ver el monte Cook, al lado del glaciar Fox. Ahi si que puede aterrizar y nos hacemos mil fotos.

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Y después nos lleva a ver el glaciar Fox, intenta aterrizar pero no parece seguro asi que nos quedamos con las ganas de volver a bajar.

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Y enseguida se acaba. Han sido 45 minutos que han pasado como 5… ¡Increíble!

Aún emocionados, nos bajamos del helicoptero, casi perdemos las llaves del motel, asi que vamos a por las cosas y nos metemos en carretera rumbo a Greymouth. hacemos una parada en le lago Maritika que es como un espejo a hacer una foto y seguimos… Esta vez si hemos fotografiado el puente tren-coches:

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Llegamos a Greymouth y María con una increíble vista divisa un lugar donde tomarnos un breakfast a las 12 de la mañana. Y que breakfast… Huevos fritos, salchichas, patatas fritas, jamón a la plancha, tomate a la plancha y tostadas… Que hartón de comer, ¡viva la fiesta del colesterol!

Y nos subimos en el tren de nuevo para reencontrarnos con la camper. Y de nuevo el placer para la vista con los increíbles paisajes de Arthur’s Pass…

Franz Josef, 4 de Septiembre

Nos levantamos con ganas de contemplar lo que nos tiene que ofrecer el lugar donde nos encontramos: los glaciares Franz Josef y Fox. Pero abrimos las ventanas y nos encontramos con una mala noticia: Hay unas nubes que no se ve ni a cincuenta metros… Al menos no llueve, pero bueno… Vamos a intentar visitar los glaciares.

Salimos del motel y antes de subir al coche nos encontramos un billete de 100 dólares… Qué suerte, ¿no? Vamos a ver si esto es una señal visitando uno de los operadores de tours con helicóptero. Con ellos se pueden ver desde los aires ambos glaciares, aterrizar en ellos, además de visitar el Monte Cook. Pero nos dicen que hace muy mal tiempo pero que esperan que a la tarde mejore. Así que quedamos en acercarnos a las 3 de la tarde a ver si hace mejores condiciones para volar.

Entre tanto, nos vamos a verlos en el Corollita. Por cierto, creo que es un motor 1.8 VVT gasolina, tiene seis velocidades y acelera como si tuviera 150 caballos… ¡Guau! ¡Me encanta!

De camino a ver el glaciar Fox, tenemos la oportunidad de ver estos paisajes, tras atravesar alguno de los puentecitos que se estilan en este país en plenas carreteras nacionales:

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Unos paisajes todo verde verde… Es impresionante, salen árboles hasta en las laderas de las montañas donde es imposible que salgan. La primera vista del glaciar es lejana pero ya impresionante, aun a pesar de las nubes. Increíble. Decidimos ir a otro camino que nos acerca hasta la misma lengua del glaciar, a unos 500 metros del mismo.

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Del aparcamiento hasta el glaciar hay un caminito para todos los públicos, pero ya nos advierte que no se puede llegar hasta la misma lengua porque el camino está inundado… Y enseguida encontramos que está cortado por unas cuerdas y unos carteles que advierten que no se puede pasar. Decidimos avanzar hasta donde podamos para ver lo mejor posible el glaciar… Hasta que llegamos a un arroyo que nos impide el paso y llegamos a ver esto.

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En fin, intentamos cruzarlo sin éxito, así que como empieza a chispear nos damos la vuelta hacia el coche… Llegamos al pueblo del glaciar Fox y paramos a comer en el Café Nevé, nos ha atendido una chica chilena, que gustito que te atiendan en castellano. Por cierto, en este sitio María se ha comido una tortilla de angulas… Si, como leeis, de Angulas… Una pasada para el paladar (que yo también he podido probar). Y por unos 8 euros.

Después de comer, nos vamos a ver el Franz Josef. Igual que en el anterior, el camino llega hasta casi el pie, el aparcamiento está a un kilómetro de la lengua del glaciar. Y como en el otro, el camino se queda a unos metros, ya que con los torrentes de agua que se derriten del glaciar, no hay camino posible hasta el hielo. Pero aún asi, pudimos hacer estas instantáneas:

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Y nos volvemos corriendo ya que se acercan las 3 de la tarde. Aunque hace mal tiempo, aun guardamos la esperanza de que nos acerquen, ya que parece que las nubes se empiezan a ir. Pero vaya, parece que no hay manera. No obstante, nos comentan que quizás mañana, ya que a las 8 de la mañana empiezan a subir. Eso sí, lo tenemos difícil puesto que necesitan tres personas al menos para hacer el viaje… Y nosotros no podemos esperar más porque tenemos que volver a Greymouth a tomar el tren de nuevo.

Así que de bajoncillo nos volvemos al pueblo a conectarnos a internet y a descansar un poquito… Esperemos que mañana podamos volar.

Ah! Ya llevamos dos gigas de fotos y vídeos, preparaos para cuando organicemos la proyección jejeje…

Franz Josef, 3 de Septiembre

Bueno, ¿quién se pensaba que nos íbamos a quedar hasta el día 10 en Christchurch? Llevabamos pensando este plan desde antes de pasar a la isla sur… Y estamos emocionados. Eso si, nos vamos a desprender dos días de nuestra amada campervan. Si, será duro y echaremos de menos su confortable cama, pero creemos que merecerá la pena.

El plan consiste en tomar el tren TranzAlpine, que recorre la isla de Christchurch a Greymouth (de costa este a oeste). Y no sólo eso, sino que durante el trayecto atraviesa la cordillera de los Alpes del Sur, pasando desde la altura del mar a casi 800 metros de altitud, para volver a bajar a la costa. Y además de eso, que ya mola, hemos alquilado un coche en Greymouth para desplazarnos unos kilometrillos hacia el sur siguiendo la costa, hasta llegar a Franz Josef. Y aquí vamos a intentar ver los glaciares Fox y Franz Josef, y si puede ser, el monte Cook que es el monte más alto del país.

Así que nos ponemos en marcha, no sin sobresaltos, ya que casi perdemos el tren porque yo pensaba que salía a las 8:45 en lugar de a las 8:15 como salía en realidad, pero por suerte María se da cuenta a tiempo y llegamos bien (afortunadamente estamos muy cerca de la estación del tren).

Nos subimos en el tren y no podemos esperar mucho para irnos al vagón panorámico, un vagón con una terraza abierta donde se puede disfrutar del paisaje (eso sí, bien abrigados). Y aquí disfrutamos de las mejores vistas que hemos contemplado hasta el momento…

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Y así hasta el Arthur’s Pass… Que es el puerto de montaña en el que se llega a 787 metros de altitud y el tren hace una parada antes de comenzar a bajar… Y el frío no nos deja hacer más de una foto de nuestro transporte hasta que nos metemos en el tren a entrar en calor.

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En la bajada, no hemos podido hacer fotos puesto que estaba lloviendo mucho y no se veía gran cosa, lástima, porque el paisaje promete. Cuando volvamos pasado mañana con el mismo tren, esperamos que haga mejor y os enseñaremos alguna instantánea…

En fin, con una hora de retraso con respecto a las 4 horas y media que dura el trayecto, llegamos a Greymouth. Y directitos a la oficina de Avis a por nuestro coche. Lo recogemos comprobando con desagrado que nos dan un coche manual en lugar de automático y al protestar nos dicen que es lo que hay, que no tienen más coches así que nos lo quedamos temiendo que el resto de casas de alquiler estén igual.

Al principio se hace complicado cambiar con la izquierda, pero a los pocos kilómetros ya me hice con los mandos. Por cierto, el Toyota Corolla este va que se las pela, no se que motor tiene pero es potente (es un Auris de los de España). Y guay porque así los 170 kilómetros se nos hacen fáciles. Y eso que no hemos podido correr porque ha caído un aguacero… Pero bueno, alguna foto ha hecho María por la ventanilla.

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Impresionante la vegetación… Igual de impresionante que algunos «apaños» que hacen en las carreteras aquí, no damos crédito cuando los vemos, había un par de puentes en el que el tren, los coches de una dirección y los de otra, van todos por el mismo carril… Si no os lo creeís, ya os lo aseguro, hemos ido detrás mismo de un tren de mercancias… Pa flipar. Ah y eso no es todo, ya flipas cuando ves una rotonda atravesada por la mitad por las vías del tren…

Llegamos sin incidentes a Franz Josef. Tras una vueltecita con el coche inspeccionando moteles, encontramos uno que tiene una pinta bastante apetecible. Preguntamos y el encargado, un tio muy agradable, nos enseña una habitación por 50 euros la noche muy chula… Asi que aquí nos quedamos a pasar dos noches… Y a rezar para que pase el temporal para mañana.

Ah, estamos leyendo todos vuestros comentarios, nos encanta ver que os está gustando nuestras «crónicas del mundo al revés» como ha dicho Javi. Muchos besos a todos.