Y hoy es el día de volver… Jo no quiero. En fin, que esperamos a las 12 a que venga nuestro transfer. Ya estamos nerviosos por la vuelta, recordamos que no fuimos a la reunión con los de Jumbotours, y tememos que se hayan olvidado de que acordaron recogernos. Pero aunque se hace esperar 10 minutos, llega nuestro transporte, con una furgoneta bastante más confortable que la primera.
Metemos los bártulos y para el aeropuerto. A mitad de camino noto a Maris especialmente nerviosa, como con los ojos desencajados. La miro y la veo que escribe en el paquete de tabaco: TIENE UNA PISTOLA, y a continuación me señala la guantera de la puerta del conductor… Madre mía. Tratamos de imaginarnos que sólo era para defenderse, que a saber cómo están las cosas por las ciudades aquí, pero vamos, que cuando hicimos parada a mitad de camino del aeropuerto ni nos bajamos de la furgo. 😀
Llegamos al aeropuerto y comienza la gincana… El tal José Rodriguez está de vacaciones, pero tras varias llamadas a Madrid, Miguel Ortiz (el amigo de mi padre) nos asegura de que no habrá problemas, aunque la tensión la tenemos hasta la misma puerta de embarque donde habíamos unos pocos con free que queríamos salir. Al final, nos vamos todos, pero a nosotros nos toca un asiento y un transportín. Vaya faena. Decidimos turnarnos el transportin, al principio María y luego yo, pero al final, casi todo el viaje se lo chupó ella… Pobre…
Y al fin, llegamos a Madrid. Y allí nos esperaba David, mi padre y Miguel Ortiz en la puerta de embarque… Parece que nos han echado de menos, todos aquí… ¡Que expectación! En fin, que tras el largo viaje, nos vamos a casita a descansar y a tratar de recuperarnos del jet-lag.
¡Vaya viaje! Ya lo he dicho varias veces, pero me ha resultado increíble todas las cosas que hemos visto. Echando la mirada atrás, parece que hace un siglo que nos fuimos de casa, y sólo han sido tres semanas…
Pues nada, ya estamos de vuelta. Espero que os haya hecho pasar un buen rato leer nuestras andanzas.
Hasta el siguiente diario!