Hoy nos hemos levantado un poco pegaillos para ir a desayunar, creo que hemos llegado en tiempo de descuento, en este hotel si tenemos el desayuno incluído, aunque buagh con café americano… Eso sí, bacon y tostadas, qué rico… Rumbo a la ciudad, y tras un atasco y un extravío gracias al des-navegador GPS, llegamos al mismo parking que ayer. Dejamos el coche allí y a patear. Lo primero subirnos en la CN Tower que es el observatorio artificial más alto del mundo, nosotros subimos a 330 metros pero tiene otro más alto a casi 380 metros… Como dicen en la guía, nos sacan unos buenos dólares con la entrada, pero las vistas seguro que lo merecen…
Según la señorita del ascensor subimos a 80 Km/h, que pasada, vemos toda la ciudad desde más de 300 metros… Impresiona también un observatorio que tienen, con el suelo de cristal. Eso si no nos han dejado tomar café en la cafetería (era hora de comer y las mesas sólo son para comer) y en el Starbucks sólo tenían aguachirri así que nos hemos bajado cabreaos como monas sin nuestra dosis… Menos mal que abajo si que había café normal.
Después hemos estado disfrutando de la temperatura del día de hoy, mucho más llevadera. Y visita al ayuntamiento de la ciudad, el viejo y el antiguo, mucho más bonito el antiguo a mi parecer… Y a comer al Sheraton que no nos andamos con chiquitas. Menú: Perrito caliente gigante con patatonas. Menudo perrito, debía ser por lo menos pastor alemán.
Después de una visita frustrante a un centro comercial (Juanjis dice que en Toronto no hay tiendas en la calle), salimos y nos metemos directamente en la calle Queen St. Y descubrimos la falacia de mi afirmación… No sé el caso es que a alguien se lo he oído…
Nos ha encantado el contraste de Queen Street con el resto de Toronto que llevamos visto. Bloques bajos y tiendecitas, en lugar de rascacielos. Por fin la primera comprita de Maris, un bolso super chuli. Y siguiendo con nuestro caminito, andando andando, llegamos a Chinatown, lugar donde encontramos, en una tienda de chinos, el souvenir perfecto para los compañeros de María, blister de 3 bolis por 2 dólares… La tendera le dijo a María que era muy inteligente, regalo pa 30 económico…
En fin, resulta curioso este Chinatown, menos pintoresco que el neoyorkino y más integrado en la ciudad. Eso si, aquí tienen un centro comercial gigante del todo a 100. Y seguimos nuestro paseo hasta encontrarnos con la universidad. ¡
¡¡Preciosa!!! Con edificios de piedra del siglo XIX, victorianos, preciosos. Paramos un ratito en un parque (Queen’s Park) a reponer fuerzas, y ver ardillas negras (hay por todos lados) y empezamos a bajar la calle. Todo muy tranquilito, la ciudad super limpia y para celebrarlo vamos al restaurante vegetariano que nos recomienda la guía… A las 20:30… Parece que vamos adaptándonos al horario canadiense. Cenamos una lasagna buenísima…
Y de vuelta al hotel, tras coger el metro en la bulliciosa calle Dundas, llena de raperos y el decorado imitando a Times Square (eso si venido a menos). Y aquí estamos en la camita, nerviosos porque mañana nos vamos a…. ¡¡¡NIAGARA!!! ¡¡¡YUPPI!!!